(“El olvido” Camila Elisa Atria Alamos)
En aquel olvido la vida no fue egoísta.
En el rumor del labio no existía tristeza.
El río cuidó desde el manantial lágrimas y descenso.
¿Untarse el párpado
o cerrar los ojos sin escrúpulo?
Estival memoria: ¿Qué nombre?
Acaso hay un delta para lo innecesario.
En aquel olvido se congregaron quejas, sus ancianas venas
eran signos en el iris -colmena de cristal-
zumbido de molesta trayectoria.
Posiblemente hubiese ocurrido.
Posiblemente sin rencor, sobre una cama.
Tristeza enredada, pero defendiéndote.
Ya no volverá esa evocación amparada en su dolor.
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