miércoles, 14 de octubre de 2009

A Mari Carmen




                                                                    (“Con toda el alma” Cecilia Zamudo)
mi madre se clavó un día la cesta de planchar
y otro día el mármol blanqueado con vinagre
se le envenenó la sangre y viajó
por sus arterias imaginativas
se le posaron ocho pájaros calculados desde el amor
una melancolía de nueces y algo más tarde o triste
como un crepúsculo que sin llegar a los ojos
encarcelaba con penumbra
¿y si no fuera mortal?
¿y si fuera una prueba?
¿y si dios la estuviese probando?
primero movió un dedo
/las monjas de Sta. Clara sacrificaron un loro/
después el pie que se parecía tanto a la fe
cuando pudo hablar era vieja o al menos cierta niebla:
“soñé con un nogal”
¿y si no fuera una visión?
¿y si dios nunca me hubiese probado?
más allá de la gangrena de la septicemia
mi madre ocupó su hamaca
y agradece cuando regresamos
ahora sí ahora no ahora sí ahora no

Julio Obeso

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