(“Crucigramado” Issa de Israel)
Ah, sí: Mi mundo no es de este reino;
vivo todas las tentaciones y delego
en tu nombre.
¿Por qué no me olvidas?
El último cáliz a la luz de luciérnagas.
No hay tarea, empeño, muerte.
¿Lázaro?
¡Abracadabra!
Ve tú a preparar la mesa.
¿Diste canto a las ocas?:
-Perfecto-
Cambia pues la veleta, tengo presagiada
una corona,
mordisco,
sangre,
traición.
Olivos, pan ácimo… ¡Será sonado!
Por los siglos de los siglos.
Amén
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