domingo, 2 de enero de 2011

Trilogía de lo extraordinario


                                                                    William Utermohlen: The stampos Faces, Canto XXX

-I-

me visitan los aparecidos en el sentido de las agujas del reloj
el muerto del miércoles apenas coagulado
dobla su secreto en cuatro partes
es imposible no advertir entre las doce y las tres
que ésas son horas de paso o pasto accidental para bueyes espirituales
porque a partir de ahí cuanto abarca el miedo está habitado
lejanos antepasados recitan mis poemas de ahora a caballo entre dos luces
y los úteros atravesados por fieras tejedoras rapiñan el esperma de las colmenas
así hasta las nueve punto de inflexión de cualquier alma o tendal que el viento gire
donde tocan a fondo las campanas y los piratas beben
el vino hurtado al rubor de los flamencos

-II-

¿no da sueño evocar a jonás?
¿cuánto abriría la boca su ballena?
ballena-boca-abierta
repítelo
ballena-boca-abierta
¿no os llega el bostezo
como un acto de amor
recién terminado?
ballena-boca-abierta
¿se contaría los dedos
en esa penumbra gástrica?
¿qué nana o blasfemia se puede cantar
a quinientos metros de profundidad
a una ballena-boca-abierta?
yo qué sé
me voy a dormir
tengo mucho sueño


-III-

en barataria no hay edictos colgados en la plaza
en la plaza extienden a curtir embestidas y milagros
secar es un oficio viejo como el de las puertas
en barataria las puertas se abren a la voz
los que abren puertas con su decir
son serenos o poetas
los serenos hilan con escasa luz
y escuchan aplausos
los aplausos extraordinariamente llegan
a los poetas
en barataria tampoco esto es una excepción
lo excepcional es una latitud de lo conocido
la más lejana
cualquier latitud trabaja los límites
de un tiempo una conquista un hombre
el hombre es un adivinador un agorero de ínsulas
que en barataria sube al trono

Julio Obeso

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