era cuando la poesía contaba
y las palabras compartían
lo hipnótico del desdén
bajaban a la calle
con los instintos cumplidos
su obesidad tras pancartas
con lemas caprichosos:
"ámame por encima de lo que soy"
o
"si estás herida sangra conmigo"
y sólo por esa vez
-quizá la primera-
retornaban a sus hogares
llenos los bolsillos de la luz
que nos vuelve humanos
Julio Obeso
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