Son estas horas, cuando las cosas de la vida ya están hechas o aparcadas, las del encuentro. Una lectura, un piano, la imagen deseada, un sueño sin laberintos. Alrededor de la media noche, Thelonious Monk lo intuyó, somos seres auténticos, sin guardia. Baja una niebla lechosa y el aullido voltea el tiempo: Llega la noche..
domingo, 19 de diciembre de 2010
ESPACIO LIBRE DE HUMO
PRAGA-CAFETERIA--ERNEST DESCALS-
Antes, los viejos cafés estaban en el humo y no eran sanos; pero en ellos se hacían tertulias y eran punto de encuentro para poetas. Se escribían en sus mesas poemas capaces de encender tremendas piras de conciencia o ninots, altas representaciones de vanidad y otros consumibles.Se tosía y en la barra volaban las pastillas mentoladas. Las ropas olían a tabaco; también las cuartillas, los sombreros. Pero los poetas amaban esa segunda silicosis que guardaban en los bolsillos, administrada con la regularidad que los editores disponían. Todo eso se acabó.
Se respira mejor. Los caramelos han dejado su lugar a los donuts, ahora los poetas son atléticos, visten a la moda, se besan y frotan las espaldas, hacen recomendaciones sobre tiendas de piercings o tattoos, raramente enferman y apagan con agua mineral, no el ascua o el tizón de un habano: Espadas de fuego y el napalm de otras terribles democracias. Son más bellos, la verdad, aunque sus letras carraspean y tosen con la mano por delante.
Julio Obeso
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