("La tumba" Manuel Caballero)
Su boca, menos de un tercio de esperanza,
fractura de añiles, fría, tetánica.
Todo esperaba de su muerte
salvo la sombra.
Bajo el fuego fatuo
nada se mueve, respira, silba:
Paz de los cadáveres ancianos.
La longeva pulcritud de las tumbas
es mérito
de la digna labor que el olvido
practica.
Julio Obeso
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