viernes, 31 de diciembre de 2010

A Carlos Herrera


                                                         Fotografía: Ana Mª Espinosa


Te sientan bien los años,
confabulador de trenes.
Tan lejos
que no podrías estar más cerca
ni más adentro.
Muy pocas veces te cambia un abrazo.
Ocurre cuando se trazan coordenadas
que el corazón
reconoce como suyas;
al levantar un puente
desde la carne más próxima.
La vida nos hace ermitaños,
cargadores de una casa sin puerta,
por eso la vejez nos tiñe de gris
el alma y el pecho.
A ti te sientan bien los años
y los colores, hermano mío.
Aquella mirada que nos hizo
distante la soledad y la amenaza,
cuenta hoy -mañana-
las velas que no se apagan.
-Felicidades-


Julio Obeso

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